¡Qué cachonda está la negra!
La caliente negra tiene la temperatura por las nubes y no precisamente de fiebre, y la única manera fiable de enfriarse es machacarse su hinchado coño con sus dedos y con un juguete que un amigo le empieza a meter por el culo... Con el consolador dentro, el tío le revienta el coño a la vez, antes de lanzarse a penetrar su ano, provocando gemidos de dolor y placer en la guarra, que mueve el culo con gusto para tenerla entera dentro, mientras espera que la leche se derrame por toda su cara.