La comedora de plástico
Dicen en este reportaje que en once años, la adorable Kailyn se ha metido ya casi kilos de material plástico entre pecho y espalda. Y es que la adicciĂłn de esta joven californiana de años es algo no muy habitual: donde los demás abusamos del cafĂ©, la comida, el alcohol o las drogas, ella mordisquea (y traga, la mayorĂa de veces) botellines de agua, cañitas, vasos desechables, fundas de discos, perchas y hasta jodidos mandos a distancia. Kailyn dice que no es el sabor sino la textura y la forma de quebrarse entre sus dientes lo que le gusta, e incluso ha llegado un punto en el que dice preferir plástico a comida.