Tragando leche hasta cansarse
Tras ponerle al tío la polla bien dura e hinchada, la guarra no tarda en ponerse a cuatro patas sobre el sofá, con el coño bien abierto y mojado, para que el empotrador comience a follársela muy fuerte y sin piedad. Con cada salvaje embestida del tío, la asiática grita de puro placer, abriendo bien la boca de puta con la que luego le succionará toda la leche.